Hace un par de días fui a ver la nueva película de Star Wars a un centro comercial. Y pasando por una tienda de artículos para móviles me las encontré en el escaparate. Mis ojos brillaban mientras todo se iba oscureciendo y un foco iluminaba las que, en un futuro, serían mis nuevas Google Cardboard. Entré al establecimiento y pagué 8 euros por un montón de cartones pero no me importó, porque yo sabía que con esos cartones y mi smartphone se podían hacer cosas increíbles.
Google Cardboard llega para satisfacer una demanda natural. La gente quiere realidad virtual, pero como siempre no se pueden permitir unas gafas muy caras, o las que hay están adaptadas a un smartphone concreto. Google Cardboard consigue que, una vez mires por sus lentes, te olvides de que son de cartón.
Lo mejor de todo es que si eres un poco mañoso y tienes tiempo puedes hacerte tus propias Google Cardboard. Hay miles de tutoriales (en inglés) para hacerse unas gafas caseras, incluso Google ofrece la manera de hacerlas de manera oficial. Pero en mi caso decidí pagar por tenerlo todo troquelado y listo para su montaje.
Cuando compras unas Google Cardboard y abres el sobre te debería aparecer el siguiente material:
- 4 piezas de cartón
- 2 piezas pequeñas de velcro
- 2 imanes redondos
- un juego de 2 lentes cóncavas
- un par de gomas elásticas
Después de montarlo todo, te descargas la aplicación de Google Cardboard desde la Play Store, colocas tu smartphone y comienza el espectáculo. Lo primero que debes hacer en mi opinión es ver el vídeo de muestra. Es una “demo” de las funciones básicas que puedes hacer con tu nuevo juguete. ¡Hay muchas más aplicaciones! Pero eso será en otro post.
Una vez ensambladas (y pegadas con algo de cinta adhesiva) las Google Cardboard dan una buena sensación de robustez, te cuesta creer que esa cosa hace 5 minutos fuera tan frágil. ¿Y para qué sirven los imanes dirás? Pues sería nuestro botón para interactuar con el mundo virtual, aunque no es imprescindible para disfrutar del VR. Crea un campo magnético y el móvil reacciona ante ese estímulo. Lo malo es que no todos los dispositivos son compatibles.
Mi valoración es muy positiva respecto al servicio que ofrecen por lo que pagas. Es algo que, con el tiempo y buenas apps, podría llegar a convertirse en un complemento básico de nuestro smartphone. Ver vídeos en pantallas de cine de más de 200 pulgadas, jugar al último “shooter” o incluso visitar ciudades (gracias a Google Earth) son una ínfima parte de todo el potencial que pueden llegar a tener estas gafas de VR económicas y ligeras.
Hay miles de modelos de Google Cardboard, todas con diseños divertidos, locos o más funcionales para tu dispositivo. Pero si tienes el modelo básico también existen muchos accesorios y formas de personalización. En mi opinión creo que no tienen nada que envidiar a las gafas mas profesionales y te puedo asegurar que cuando muevas la cabeza, no podrás evitar abrir la boca.
Más información | Google Cardboard
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