Muchos de nosotros tenemos aquella extraña manía de cambiar de teléfono cada año pero, ¿existe un salto tan grande entre móviles de «antigua generación» y los últimos del mercado? Vamos a comprobarlo. En este pequeño reportaje investigaremos los últimos dispositivos de las principales compañías, y los compararemos con su «hermano pequeño».
Comenzamos con la compañía más demandada: SAMSUNG. Vamos a comparar el Galaxy S7 con su nuevo buque insignia, el S8.
Galaxy S8+: Procesador Octa-core (2.3GHz Quad + 1.9GHz Quad) 64 bit. Cámara frontal de 8 megapíxeles. Trasera de 12 megapíxeles, 4GB RAM y 64GB de almacenamiento.
Precio: 909 euros.
Galaxy S7 edge: Procesador Quad-core Snapdragon 820 (2.2GHz). Cámara frontal de 5 megapíxeles. Trasera de 12 megapíxeles. 4GB RAM y 32GB de almacenamiento.
Precio: sobre 500 euros.
Resumiendo: Es cierto que el S8 es, evidentemente, más potente, más grande… en resumen, mejor. Pero si os dais cuenta es sólo ligeramente mejor. ¿La RAM? La misma. ¿La cámara trasera? La misma. Tan sólo pagas una media de 400 euros más por una actualización de diseño, software y un ligero cambio en el hardware.
En Antutu (una app para medir el rendimiento de los smartphones) hay una diferencia de 45.000 puntos entre ambos terminales. ¿Qué quiere decir esto? Más es mejor, obviamente. Pero la diferencia no es tan abismal como para decantarse por un cambio para ir pensando seriamente en renovar tu terminal.
Quien se lleva la palma en esto es Huawei. Vamos a comparar el P9 Mate y el P10 Plus.
P10 Plus: Procesador Octa-core (2.4GHz + 1.8 GHz). Cámara frontal de 8 megapíxeles y trasera doble óptica de 20 megapíxeles y 12 megapíxeles. 6GB de RAM y 128GB de almacenamiento
Precio: 799 euros.
P9 Mate: Procesador Octa-core (2.4GHz + 1.8 GHz). Cámara frontal de 8 megapíxeles y trasera doble óptica de 20 megapíxeles y 12 megapíxeles. 4GB RAM y 64GB de almacenamiento.
Precio: 595 euros.
Resumiendo: Huawei lo ha vuelto a hacer. Mismo procesador, misma cámara, un poco más de RAM y almacenamiento y ¡pum!, tenemos dispositivo nuevo. Pasó lo mismo con el Ascend P8 y el P9. Ha pasado hace poco con el P9 y el P10 y, ahora, con el reciente estreno del P10 Plus, Huawei ha vuelto a demostrar que no es necesario tener su tope de gama para satisfacer nuestras necesidades medio-altas.
Lo que trato de decir es que si eres un fan incondicional de tenerlo todo a la última (y te lo puedes permitir), adelante, ve a por ello. Pero no te dejes engatusar por tener lo último y pagar un precio desorbitado, ni mucho menos te dejes 2 años de tu vida en una compañía de telefonía en la que no quieres estar por tener lo «último».
Según estudios, la mayor parte de la población mundial cambia de teléfono una vez al año como media, y eso los fabricantes de smartphones lo saben y lo peor, las empresas de telefonía también.
Para finalizar me gustaría contar algo curioso. Hace poco vi a un hombre cambiar su «viejo» Galaxy S6 por un S7. El tipo decidió que quería renovarlo y firmó una permanencia de 2 años con una operadora de color rojo (guiño, guiño). El tipo sacó de la funda su S6 (estaba como nuevo) y después de 20 minutos esperando, firmando papeles… etc, le entregan su flamante S7. Cuando la chica del mostrador le preguntó si quería funda, el hombre intentó encajar su nuevo teléfono en la funda del antiguo. Y ¡sorpresa! el dispositivo encajó perfectamente. Esto es sólo una prueba más de lo que he descrito justo arriba. ¡Tener cuidado DearPhoners!